Cuenta una historia de dos monjes Zen, de manera concreta, la incapacidad o falta de voluntad de nuestra mente para dejar atrás el pasado.
"Tanzan y Ekido, caminaban por un sendero rural anegado a causa de la lluvia.
iCuando se acercaban a una aldea, tropezaron con una joven que trataba de cruzar el camino pero no quería enlodar su kimono de seda. Sin pensarlo dos veces, Tanzan la alzó y la pasó hasta el otro lado. Los monjes continuaron caminando en silencio. Cinco horas después, estando ya muy cerca del templo donde se alojarían, Ekido no resistió más. "¿Por qué alzaste a esa muchacha para pasarla al otro lado del camino?" preguntó. "Los monjes no debemos hacer esas cosas". "Hace horas que descargué a la muchacha", replicó Tazan. "¿Todavía llevas su peso encima?" .
El pasado vive en nosotros en forma de recuerdos, pero estos por sí mismos no representan un problema. Los pensamientos del pasado, que no son buenos o nos generan un problema, se convierten en una carga únicamente cuando se apoderan de nosotros y entran a formar parte de lo que somos.
Todos aquellos pensamientos, recuerdos que no nos gustan, cargas negativas, conforman un campo energético.
Este campo energético, al ser alimentado por días, meses e incluso años por nosotros mismos, al revivirlos y recrearlos en nuestra mente y posterior emoción, conforman lo que se ha denominado como cuerpo del dolor, que vivirá y habitará en nosotros, hasta que no lo trabajemos y decidamos transformar aquellas experiencias de manera que no nos generen más sufrimiento.
Este concepto del "cuerpo del dolor" fue compartido por Eckhart Tolle, donde a través de sus escritos, podrán encontrar más información.
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