La práctica de la meditación tiene innumerables beneficios, tanto físicos, como mentales y emocionales. Es apta para todas las personas, independiente de su edad, etapa de vida o área en la que se desempeñe.
Se trata de aprender a mantener la atención en el momento presente, a conservar la calma mental y a identificar nuestras emociones, para gestionarlas de la mejor manera en nuestro interior, antes de volcarlas a nuestro entorno.
Con la meditación mejoramos la concentración, nos conectamos con nuestra creatividad, que brota desde el contacto con la esencia pura e infinita apartada de nuestros condicionamientos mentales.
Su práctica, nos aporta paz y tranquilidad, desarrolla nuestra inteligencia emocional y mejora nuestras relaciones con los demás, ya que antes que todo, las mejoramos primero con nosotros mismos.
La meditación te ayuda a ir liberándote de todos esos pensamientos negativos que no te sirven, abandonando mentalmente lo que ya pasó o lo que está por ocurrir y nos impulsa a convertirnos más en nosotros mismos.
Es el ancla a tu presente, al disfrute de lo qué hay.
Con la meditación somos conscientes de que no solo somos nuestros pensamientos, ideas, tampoco nuestros miedos, ni creencias. Conectamos con algo mucho más grande y profundo que trasciende por sobre todo lo terreno.
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