Lo que llamamos enfermedad, son en realidad una serie de síntomas, de la gran enfermedad del "mal estar".
Cada síntoma tiene un significado profundo en la vida de las personas: dolor de cabeza, palpitaciones, mareos, problemas estomacales, entre otros, y nos transmiten mensajes del ámbito espiritual, y de su adecuada interpretación, dependerá nuestra capacidad de recuperarnos.
Cada órgano de nuestro cuerpo, tiene un atributo psíquico (emoción) asociado. Por ejemplo, los pulmones se relacionan con tristezas; el hígado con la rabia; el estómago con el sentir y el valor de a mi mismo/a; los riñones al miedo, y así cada uno con su respectiva enfermedad física y el mensaje que nuestro espíritu nos quiere entregar.
Lo importante es el equilibrio, reconocer y resignificar conceptos y responsabilidades en la relación entre nuestro pensar, sentir y la salud.
Para una buena salud es importante la nutrición que entregamos a nuestro cuerpo.
El nutrirse no solo implica buena alimentación, sino que también es nutrirse de buenos pensamientos, soltar ideas o resentimientos que no nos aportan ni dejan avanzar, ser flexibles con nuestra vida y entorno, y conectarnos con emociones y personas que nos ayuden a elevar nuestra vibración y poder disfrutar del momento presente.
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